Esta tortura se originó a principios de la edad media. Pero su primera constancia fue en Italia cuando un famoso abogado (Hipolitus de Marsiris) de la época se dio cuenta de la capacidad que tenía una simple gota en una roca con el paso del tiempo. Y pensó:
¿Por qué no lo pruebo con personas?.
Lo que se le hacia a la víctima era colocarla boca arriba con una especie de máscara en la cara y estaba inmovilizado, para evitar que se moviera o pudiera huir.
A partir de aquí empezaba la tortura, había una especie de cubo que dejaba caer una gota de agua cada 5 segundos en la frente de la persona. Después de unas horas goteando, la gota empieza dañando la piel y se empieza a formar como una especie de ampolla y con los días se va agrandando su tamaño. Y la cabeza de la persona se empieza a corroer provocando un horrible dolor. Pero lo peor no es esto.
Si nos, que esta tortura acaba provocando un nivel de locura a la víctima indeseado. Ya que se encuentra en una habitación a oscuras, pero no puede dormir por la constancia de las gotas, tampoco se puede mover, ni si quiera puede beber agua y eso que tiene constantemente. No puede moverse ni para conseguir una simple gota. Con los días la persona acababa muriendo de un paro cardíaco. Con los años esta tortura la fueron perfeccionando y pasaron a que la gota fuera fría para que tuviera un mayor daño cerebral.